Bon appétit amig@s,

Estas rosquillas etsán simplemente increíbles. La Calabaza le da una humead extra a la masa por lo que una vez horneadas permanecen bien suavitas y blanditas por dentro así como crujientes por fuera. En casa nos encantan y los niños las tomas con mucha alegría. No son muy dulces y el toque de las pepitas de chocolate así como de la ralladura de naranja combina a la perfección. Se pueden hacer fritas pero os aseguro que no tienen nada de envidiar estas rosquillas horneadas y son mucho menos calóricas por no decir que se guardan durante más tiempo en un envase hermético que las fritas.

Ingredientes para unas 18 rosquillas:

400-430  gramos de Harina

100 gramos de Azúcar

2 Huevos

75 ml de Aceite

 8 gramos de Levadura

250 gramos de puré de Calabaza

50 gramos de pepitas de Chocolate

Ralladura de una naranja

Es una receta muy sencilla de hacer. Empezamos por preparar el puré de calabaza. Tenemos que calcular el doble del peso de calabaza en crudo que cocida. Cortamos en trocitos unos 500 gramos de calabaza cruda y las cocemos ó bien al microondas (unos 15 minutos) ó con un poco de agua en un cazo hasta que esté cocida y blanda. Retiramos el exceso de agua y la machacamos con un tenedor. Dejamos enfriar y tendremos los 250 gramos de puré que necesitamos.

Para la masa: en un bol mezclamos con una varilla de mano los 2 huevos junto al azúcar . Añadimos el aceite ( de oliva suave ó de girasol como es en mi caso) y seguimos removiendo un poco. Agregamos el puré de calabaza (frío), la ralladura de naranja e integramos.

Toca ahora el turno de los secos : la harina ( la común de todo uso) y la levadura ó polvo de hornear. Una vez tengáis una masa homogénea y blandita (deberá pegarse un poco a las manos) añadís el chocolate y mezcláis.

Dejamos reposar la masa unos 15 minutos para que se asiente un poco y haga efecto el gluten de la harina.

Para formar las rosquillas nos untamos las manos con un poco de aceite ya que la masa es pegajosa, cogemos una porción de masa, formamos una bolita (como del tamaño de una bola de golf) y hacemos un agujero en el centro. Las depositamos en una placa para horno y las separamos un poco entre ellas ya que aumentarán de tamaño. Espolvoreamos con un poco de azúcar la superficie para darle un toque crujiente extra.

Las horneamos a 180 grados durante unos 20 minutos. Dejamos enfriar sobre una rejilla.

¡¡ Qué olorcito y qué ricas son!!

Bon appétit Mama

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